La escuela trabaja en la formación técnica de jóvenes en tres modalidades. Fomentan el desarrollo productivo y mejoran el rendimiento de las chacras con una mirada sustentable. Gestión de los residuos, fertilizantes naturales y mejor aprovechamiento del suelo y el agua.
Por Vanina Naumtchuk
Cada vez son más los jóvenes misioneros que eligen la educación técnica. Desde Ruiz de Montoya, hace años que el Instituto Línea Cuchilla trabaja en la formación de estudiantes en las orientaciones agrotécnica, electrónica y turismo. Enseñanzas que, con el correr del tiempo, fueron modificadas por alternativas de producción sostenibles y en armonía con el ambiente. A través del mejor aprovechamiento de los recursos y la gestión de residuos, el uso de biofertilizantes, el cuidado del suelo y el agua producen alimentos orgánicos saludables.
El director administrativo de la escuela, Esteban Schegg, explicó a Canal 12 que, en sintonía con las tendencias mundiales y el cuidado del ambiente, mejoraron sus producciones. Lo hicieron por medio de la gestión de los residuos e implementación de alternativas, para un mejor aprovechamiento de los recursos y producir alimentos cada vez más saludables.
Tratamiento de efluentes
“Se construyó un biodigestor, donde se envían todos los residuos que se generan en la limpieza de corrales, en un futuro los que provengan de la sala de faena que está en construcción”, detalló. Contó que el principal objetivo es tratar el efluente, estiércol y orina de los animales que si se libera directo a la tierra tiene un impacto negativo en el suelo y las napas de agua.
“Todo lo que ingresa al biodigestor se descompone de manera anaeróbica. Eso genera un residuo que es el biogás, que se genera de forma natural por bacterias en ese proceso de descomposición”, explicó. A través de este proceso se obtiene un biol que pasa a una primera pileta impermeable, donde continúa el proceso de oxidación de materia orgánica. “El resultado final es agua que puede ser vertida al suelo o a un curso de agua sin generar contaminación”, especificó Schegg.
Favorable para las plantaciones
Sin embargo, la escuela optó por utilizar el biol de la primera pileta como biofertilizante para enriquecer el suelo y evitar el uso de químicos. “El resultado es muy bueno, podemos verlo en los yerbales y en el bosque frutal, tiene toda la serie de macro y micronutrientes además de una carga bacteriológica benéfica que es muy favorable para las plantaciones“, aseguró.
Este biofertilizante es utilizado además en los yerbales, en conjunto con la cubierta verde natural que protege el suelo y lo enriquece con minerales y nutrientes. “Trabajamos la yerba mate como cultivo regional como agricultura sostenible en cuanto al manejo de lote. Se trabaja con cubierta verde, de verano y de invierno, para cuidar el suelo, sostener el nivel de materia orgánica y los nutrientes“, explico el profesional.
En este sentido, contó que en los meses de invierno esta cubierta se hace con raigrás y nabo forrajero que se resiembra solo, y en verano con poroto sable. Explicó que “el problema de la mayoría de los suelos es la pérdida de materia orgánica, si comparamos un monte tiene un 6% de materia orgánica a diferencia de un yerbal -de 40 años- que tiene un 3%”.
Resaltó que “los fertilizantes químicos, cuando los nutrientes son bajos empeoran el estado del suelo y generas problemas de falta y respuesta; por ello elevamos la materia orgánica de forma natural y sostenible. Otra opción son los sistemas arborizados”.
Huertas sostenibles e inteligentes
Otro claro ejemplo se observa en las huertas de la institución donde también se utilizan biofertilizantes, humus -que se obtiene a través del compostaje- el riego automatizado utiliza agua de lluvia, que se recolecta y se almacena, y la asociación de cultivos en los canteros.
Para regar los cultivos usan agua de lluvia que se recolecta de los techos. A través de caños subterráneos se llega a un reservorio de 500 mil litros. “Todo eso se dirige, con sistema de bombeo, al sistema de riego que está regulado por horarios y tiempo, que dependen del requerimiento hídrico que tenga cada tipo de cultivo”, detalló el coordinador del departamento agrotécnico e ingeniero forestal, Héctor Fitze.
Además apuestan al compostaje. “Tenemos un sistema de recolección de residuos cada dos días, de esta manera inculcamos la separación de los residuos y todo lo orgánico va al compostaje“, señaló.
También indicó que la asociación de cultivos en los canteros es clave. “Utilizamos compost y asociación de cultivos de raíces con hojas en el mismo cantero. Por ejemplo zanahoria o remolacha con lechuga o cebolla de verdeo. De esta forma usamos mejor el espacio y, al mismo tiempo el agua de riego”, sostuvo el profesional.
Por último, detalló que incorporaron especies aromáticas como caléndula, una de las mejores opciones para atraer abejas. Esto favorece la polinización y repele insectos como orugas cortadoras, pulgones y otros gusanos que pueden perjudicar el cultivo; también agregaron ruda, romero, lavanda. “De esa manera los insectos perjudiciales son mínimos y evitamos el uso de componentes químicos en los alimentos”, finalizó.
