La Justicia ordenó liberar al futbolista de Huracán Matías Tissera tras 28 días detenido en la cárcel de Bower, en Córdoba. El jugador será trasladado a los Tribunales provinciales y luego viajará en automóvil hacia Buenos Aires junto a su esposa y su representante.
Tissera está imputado por participar en una tentativa de extorsión contra Florencio Ferrara, titular de la empresa Vilahouse. El futbolista le pagó 10.000 dólares a esa firma para construir una casa prefabricada en Rojas, su ciudad natal, pero nunca se concretó la obra.
Según la causa, tras varios intentos fallidos de recuperar el dinero, Tissera pidió ayuda a conocidos, entre ellos Luis Suárez, quien junto a otras seis personas amenazó al empresario.
La fiscal Silvana Fernández mantuvo la detención del jugador hasta que capturaron al último implicado, Ángel Martín Heredia. Una vez detenido Heredia, el expediente dejó de estar bajo secreto y la fiscal consideró que se habían eliminado los riesgos procesales. Esto habilitó la resolución que le otorgó la libertad al delantero.
Qué le exigió la Justcia a Tissera para qudar en libertad
La liberación incluye condiciones que Tissera deberá cumplir: pagar una caución equivalente al valor de la vivienda no construida, no contactar a la víctima ni a su entorno y no salir del país. Esta última restricción le impedirá disputar los partidos internacionales de visitante con Huracán. Las autoridades indicaron que esta medida podría revisarse más adelante.
Al llegar a la cárcel de Bower, Tissera compartió un pabellón común con reclusos condenados por distintos delitos. Luego fue trasladado a otro sector, junto a detenidos sin antecedentes violentos, entre ellos un abogado acusado de estafa y algunos sindicalistas investigados por asociación ilícita.
Su abogado, Adolfo Allende Posse, señaló que el jugador atravesó momentos de ansiedad durante su detención. Evitó recibir visitas de su familia y solo mantuvo contacto por teléfono con su esposa y su hijo. Decidió no exponerlos a un entorno carcelario.
Durante su estadía, Tissera entrenó dos horas por día en el patio del penal y completó su alimentación con productos que le acercaron familiares de otros internos. A través de transferencias, el jugador retribuyó los gastos. Su defensa aseguró que el futbolista mantuvo una rutina saludable en lo posible.
