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Por qué Riquelme echó a Gago de Boca

Tras perder el Superclásico, Riquelme terminó con el ciclo de Fernando Gago en Boca luego de varios factores que desgastaron el ciclo.

Por decisión de Juan Román Riquelme, Fernando Gago dejó de ser el técnico de Boca Juniors luego de la caída ante River en el Monumental. El presidente tomó la decisión tras evaluar un cúmulo de errores futbolísticos, gestos fuera de lugar y señales claras de desgaste en el plantel. La derrota en el Superclásico fue la gota que rebalsó el vaso, aunque el ídolo xeneize ya había comenzado a pensar en el fin del ciclo después de la eliminación frente a Alianza Lima por la Copa Libertadores.

El ciclo de Gago se sostuvo por una racha positiva en el torneo local. Sin embargo, Riquelme concluyó que no alcanzaba con algunos triunfos para sostener a un cuerpo técnico que nunca convenció. El presidente tomó la decisión después de reflexionar tras la derrota contra el clásico rival y cortó el proceso de quien fue el sexto entrenador bajo su gestión.

Riquelme, molesto con la postura de Boca y Gago en el Monumental

El primer motivo fue el planteo de Gago en su debut como técnico en un Superclásico. El entrenador optó por una línea de cinco defensores y dejó en el banco a jugadores con perfil ofensivo, como Alan Velasco, quien no disputó ni un minuto pese a la fuerte inversión del club. Riquelme no cuestionó la inclusión de Ayrton Costa, pero criticó con dureza la actitud del equipo. Boca mostró una postura temerosa, cedió la iniciativa y permitió que River se sintiera cómodo desde el inicio. Además, Gago tardó en hacer los cambios y facilitó el triunfo del rival, que exhibió falencias cuando lo presionaron.

El segundo argumento que impulsó a Riquelme a despedirlo fue la eliminación en la Copa Libertadores. La dirigencia apostó fuerte para que Boca compitiera en serio. La caída en penales ante Alianza Lima marcó un antes y un después. “El equipo la sacó barata en Perú”, analizaron en el entorno presidencial. Riquelme consideró que el club había invertido lo suficiente para superar la serie sin sobresaltos. El DT, sin embargo, no logró sacar ventajas frente a un rival de menor jerarquía.

Cambios insólitos y estrategias poco claras

El cambio de arquero antes de los penales también irritó a la cúpula dirigencial. Gago reemplazó a Marchesín por Brey en una movida improvisada que generó desconcierto. Riquelme entendió que el DT se jugó una carta riesgosa en un momento clave y fracasó. Esa noche, en la Bombonera, el ídolo ya sabía que seguir sin competencia internacional en 2025 le traería un costo político alto. Solo la decisión del propio Gago de seguir evitó que se marchara tras ese tropiezo.

El tercer factor fue la falta de una identidad de juego. Según Riquelme, el Boca de Gago nunca logró un estilo definido ni mostró superioridad frente a rivales inferiores. El Consejo de Fútbol lo sostuvo por algunas victorias, pero no quedó conforme con el rendimiento. Las actuaciones ante Newell’s y River, en las que el técnico alteró el esquema que había dado resultados, reforzaron la idea de que no había rumbo. Incluso el triunfo ante Belgrano en Córdoba no convenció. “Si en Argentina todos juegan mal, ¿para qué cambiás cuando algo te funciona?“, cuestionaron desde el vestuario.

El cuarto motivo fue el deterioro del clima interno. Gago intentó fortalecer la relación con el plantel durante la pretemporada, pero perdió respaldo con el paso de las semanas. La decisión de cambiar al arquero antes de la definición por penales generó tensión. La reacción de Marcos Rojo, que se mordió los labios al ver salir a Marchesín, fue elocuente. Las suplencias imprevistas y algunos convocados sorpresivos también inquietaron a los referentes.

Un desgaste precoz para un ciclo breve

Miguel Merentiel expresó su malestar cuando marcó un gol ante Estudiantes y no lo celebró. Su falta de continuidad lo había molestado. Ese gesto no pasó inadvertido. A la vez, Riquelme señaló como un error la exclusión de Carlos Palacios tras el accidente que lo demoró en su regreso desde Chile. El atacante quedó fuera del partido contra Newell’s, una de las peores versiones de Boca en la era Gago.

Con esos cuatro pilares, Riquelme cerró el ciclo. Ya no veía señales de mejora ni un respaldo fuerte del vestuario. Tampoco observaba evolución táctica ni convicción futbolística. Gago, que había desembarcado con expectativas altas, se marchó envuelto en dudas y sin dejar una huella clara en la Ribera.

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