El Gobierno compró en los últimos días US$200 millones, ingreso que depositó en sus cuentas en esa moneda. Por la vía de encajes fortaleció las reservas del Banco Central (BCRA), en medio de la polémica sobre la estrategia oficial para nutrir la tenencia de esa entidad. Lo confirmó hace minutos el propio ministro de Economía, Luis Caputo, mediante un escueto posteo por la red X. Como ya es costumbre en muchos funcionarios nacionales, al aprobar con un “Verdadero” una información aportada por esa misma red por la periodista Cecilia Boufflet.
Es un ingreso que podrá usar para afrontar, además, el pago de deuda contraída con bonistas por unos US$4400 millones en unos días más (debe hacerlo el 9 de julio).
La decisión oficial de avanzar con compras de este tipo ya había sido adelantada por Caputo, en especial cuando aparezcan ventas de porte (presuntamente para que no impacten demasiado sobre la cotización del billete y generen volatilidad). Reiteró entonces que la opción decidida tenía que ver con que el BCRA no realice ese tipo de operaciones (a menos que el dólar perfore el “piso” de la banda de flotación) para que no inyecte por esa vía pesos al mercado.
Ayuda del superávit fiscal
La compra oficial ya había sido “sospechada” por los operadores cambiarios al detectarse algunas transacciones de mayor volumen al habitual que se habían registrado en la plaza cambiaria. Estos provocaron “saltitos” en la cotización del billete que, tras mostrarse muy ofrecido en torno a los $1150, pasó a coquetear con los $1200.
LA NACION pudo confirmar de fuentes oficiales que, efectivamente, la adquisición se concretó en “dos bloques”, como se había adelantado, y fue con dinero proveniente del superávit fiscal que obtuvo (y le permitió juntar ahorro) el Tesoro Nacional.

Eso quiere decir que el Tesoro apareció del lado comprador del mercado cuando un banco, empresa o provincia le anunció que vendería una cantidad importante de dólares en el mercado. Pero sugiere que se operó de forma bilateral, es decir, sin pasar por el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), aunque impactó sobre él ya que algunos operadores la leyeron como una intervención para evitar que la cotización del billete, que estaba entonces en caída, baje más.
“Si esa fuera la intención debiéramos ver al Tesoro volver a comprar, esta vez por el mercado, ahora que se espera una oferta sostenida entre hoy y el lunes tras confirmarse el fin de la rebaja temporal en las retenciones”, indicó un experimentado operador de mercado.
Fortalecer las reservas
Hasta aquí lo que parece es que “si una empresa obtiene 200 millones de dólares colocando una Obligación Negociable (ON), en vez de vender esos 200M en el MULC, se los puede vender directamente al Tesoro al tipo de cambio vigente. El Tesoro obtiene los US$200M y la empresa el equivalente en pesos y lo veo bien”, dijo el economista Federico Machado, de EconomíaOpen.
Para su colega Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra, lo que esta operación marca es un giro al pragmatismo del Gobierno, al que da la bienvenida, tras haber sostenido por meses el discurso de que “no importan las reservas netas”. “Venían minimizando la importancia de comprar dólares e ir acumulando reservas netas incluso hasta ayer… pero entiendo que tras ver como se vino moviendo la tasa de riesgo país -incluso tras el acuerdo con el FMI- comprendieron que eso importa”, explicó.
“Es que parecería casi ser un requisito de los inversores internacionales que así están pidiendo que el país muestre capacidad de acumular divisas para pagar la deuda en moneda dura, antes de lanzarse nuevamente a financiarnos”, concluyó
Lo curioso, si se quiere, es que la operación se conoce un día después de que el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, rechazara las críticas que recibe el Gobierno por su forma de intentar acumular reservas por la vía de préstamos (con costo) proclamando que a la entidad le “sobran reservas”.
Es una afirmación que llamó la atención en el mercado, especialmente porque llega luego de que esa entidad se endeudara en US$2000 millones más con siete bancos internacionales a una tasa del 8,25%, lo que lo obligará a pagar unos US$185 millones en concepto de intereses por año.