Esta tarde, alrededor de las 19:00, un dramático episodio con final feliz tuvo lugar en el predio del Departamento Banda de Música de la Policía, donde se desarrollaba un ensayo habitual del cuerpo musical. La rutina se vio abruptamente interrumpida cuando ingresaron personas al lugar pidiendo ayuda desesperadamente: una niña de apenas dos años se encontraba completamente desvanecida y sin poder respirar.
Ante la gravedad de la situación, el Subcomisario Horacio Javier Aguilar, segundo jefe del Departamento, no dudó en actuar. Tomó en brazos a la menor y, junto a sus compañeros, organizó un traslado de emergencia utilizando un vehículo particular para ganar tiempo vital.
La Oficial Ayudante Carina Rivero Núñez y el Sargento Ayudante Edgardo Mazo fueron parte del operativo. Mazo condujo el vehículo mientras Aguilar, en la parte trasera, realizaba maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) a la niña en un intento urgente por lograr que recuperara la respiración.
Tras varios minutos de tensión, la maniobra tuvo éxito: la niña reaccionó y comenzó a respirar. Apenas llegaron al centro de emergencias, fue asistida por médicos que lograron estabilizarla y, de inmediato, ordenaron su derivación al Hospital de Pediatría para una atención más especializada.
La pequeña fue identificada como Mira Flores, de 2 años, hija de Leandro Flores y Mariana Ojeda, quienes residen en la calle 43 D del barrio Santa Rosa. La madre, visiblemente conmovida, agradeció emocionada a los efectivos policiales.
El parte oficial del Subcomisario Aguilar da cuenta con sobriedad de lo ocurrido, pero entre líneas se percibe la tensión y el compromiso humano que definieron el episodio de hoy. Una vez más, la preparación en primeros auxilios, la reacción inmediata y la vocación de servicio marcaron la diferencia entre la vida y la tragedia.
La historia de Mira y los efectivos que la ayudaron es un recordatorio de que, incluso fuera de sus funciones específicas, hay servidores públicos dispuestos a darlo todo por la vida de los demás.
