Cada 7 de julio se celebra el Día Nacional de la Conservación del Suelo. La efeméride recuerda a Hugh Hammond Bennet, científico estadounidense que impulsó el cuidado del recurso vital para la producción. En Misiones, sin embargo, la mirada va más allá de una fecha para conmemorar.
Aunque localmente se conmemora el 8 de octubre, en homenaje al conservacionista Alberto Roth, la provincia ya avanza desde hace años con una legislación propia. La Ley XVI – Nº 37 considera al suelo como patrimonio social. No se trata solo de una definición: la norma declara de interés público todas las acciones que permitan conservar, mejorar o recuperar la capacidad productiva del suelo, tanto en el agro como en el ámbito forestal.
Además, la ley creó el Programa Provincial de Conservación de Suelos. Desde allí se impulsa la planificación por cuencas hidrográficas y se ofrecen herramientas concretas para implementar prácticas sostenibles. La norma también habilita asistencia técnica y beneficios para quienes adopten técnicas conservacionistas.
Una de las apuestas más claras es la producción orgánica. Este tipo de agricultura necesita al menos tres años de transición para lograr la certificación. Se basa en los ciclos naturales, evita químicos y mantiene la fertilidad. Cada vez más emprendimientos en Misiones lo eligen.

A la par, las políticas fomentan la educación ambiental en todos los niveles. También exigen la rehabilitación de suelos dañados por obras, minería u otras actividades extractivas.
El enfoque local cobra más relevancia ante un panorama nacional alarmante: el 75% del territorio argentino sufre erosión. La desertificación avanza por la deforestación, el uso desequilibrado del suelo y el mal uso de la maquinaria agrícola. Estos problemas no sólo afectan la producción, también impactan en la vida cotidiana de las familias rurales.
En ese contexto, Misiones muestra que una política pública centrada en el suelo no es un lujo, sino una necesidad.