María Zabala Beitia recuerda su llegada y los inicios de la colectividad en la provincia. Enseñó a su hijo Iñaki y nieta Arantza a resguardar las artes culinarias y la cultura de su país. Conocé la historia y el legado que marcó a su descendencia.
María Zabala Beitia tiene 90 años y es de San Sebastián, España. Llegó en barco a la provincia y su primera ubicación fue en la ciudad de Mártires, Candelaria. Con el tiempo logró transmitir las artes culinarias y cultura de su país a su hijo Iñaki Zabala y a su nieta Arantza Zabala. Conocé parte de la historia de la inmigrante española y el legado que marcó a su descendencia.
La mujer llegó proveniente de la provincia de Gipuzkoa, ciudad de San Sebastián. Fue una importante artífice de la colectividad en el Parque de las Naciones de Oberá. Hoy en día comparte los recuerdos de sus primeros momentos en la tierra colorada, entre ellos la impresión de ver a los yaguaretés saltando de árbol en árbol.
“Soy la primera que empezó a trabajar para el parque con gente de España”, contó Zabala Beitia. Y agregó: “Soy una inmigrante de primera parte. Cartas tengo muchas sobre las cosas que pasé en el barco cuando llegamos a Mártires. Los tigres saltaban a los árboles para que nosotros pudiéramos dormir”.
Además, la española fue una destacada cocinera en la colectividad, y durante varios años fue requerida por ser una experta en hacer paellas. “Mis paellas eran de las más buscadas y eso me alegra mucho. Cocinar lleva su tiempo, pelar las cebollas y los ajos nadie quiere pero hay que hacerlo y eso cuesta”, explicó Zabala Beitia.
Tradiciones que permanecen
La inmigrante participa de una nueva edición de la Fiesta Nacional del Inmigrante junto a su hijo Iñaki Zabala y a su nieta Arantza Zabala, a los que a ella los cataloga como “sus mayores orgullos”. Con el paso del tiempo, Zabala Beitia logró transmitir sus aprendizajes culinarios y culturales a sus descendientes.
“Tengo la suerte y el honor de ser descendiente de esta inmigrante vasca. Aprendí todo lo que tenga que ver con la cultura y tradiciones de nuestros antepasados”, manifestó el hijo.
Por su parte, la nieta señaló: “Siento muchísimo orgullo, soy la primera nieta de toda la familia que es abanderada de la colectividad. Tener las raíces que tengo en mi familia es mi mayor alegría”. Y apuntó: “Todavía estoy aprendiendo a hacer paella, estoy en camino así que en unos años quién te dice que no siga los pasos de mi abuela”.
