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Written by 5:02 pm Salud, Sociedad

Facundo y Maximiliano son el ejemplo que salir de las drogas es posible

Superar el consumo problemático de sustancias es posible, ambos así lo demostraron. De forma voluntaria ingresaron a una fundación donde recibieron ayuda. En la actualidad tienen trabajo y ayudan a otros jóvenes.

El consumo y abuso de sustancias afecta a todas las clases sociales y las generaciones. “Actualmente el alcohol es la sustancia que presenta mayor consumo problemático en la sociedad”, sostuvo Marcos Villamayor, psicólogo del dispositivo territorial comunitario del Ministerio de Prevención de Adicciones. De las diferentes adicciones es posible salir adelante, después de pedir ayuda. Como Facundo Romero y Maximiliano Rauber, quienes lograron superar el consumo problemático.

Romero comenzó a consumir cuando tenía 13 años, estuvo varios años sin recibir ayuda hasta que en 2018 ingresó a la Fundación Reto a la Vida. Rauber llegó a estar en situación de calle, sin embargo, con apoyo hace siete años que se alejó de las drogas.

En Misiones, el Dispositivo Territorial Comunitario (DTC) es un eslabón que depende de Sedronar. Es un centro preventivo y de asistencia gratuita para personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad frente a las problemáticas relacionadas con el consumo de sustancias.

El Ministerio de Prevención trabaja en red con distintas organizaciones. Con el Centro Asistencial Manantial, para los tratamientos ambulatorios y de internación, donde se atiende a personas desde los 15 años en adelante. Con el Centro Hogar de Día, donde se asiste a personas desde los 0 a los 18 años. Por otro lado, con diversas organizaciones de la sociedad civil, como fundaciones e iglesias, que atienden la problemática.

La clave de la espiritualidad

Facundo Romero es oriundo de San Francisco, Córdoba. Ingresó a la Fundación Reto a la Vida en el 2018 por problemas de adicciones. “A la droga, a la cocaína, al crack, a la marihuana, varios años de consumo, a los 13, 14 años arranqué a consumir” contó.

Luego de siete entrevistas le asignaron un lugar para internarse de forma gratuita. La internación en la Fundación Reto es voluntaria, “depende de la persona, si quiere acceder al protocolo de rehabilitación”, explicó Romero.

Fotos Lautaro Barrientos

El método que brindan es de base cristiana evangélica. “El proceso empieza por la desintoxicación de la persona, que pasa algún tiempo apartado de sus vínculos, de los lugares que frecuentaba. En el centro adopta normas que lo ordenan”, detalló el joven. Convencido, aseguró que la sanación está en el mensaje de Jesucristo.

“La posibilidad de una vida diferente que por ahí no tiene que ver con una religión o con una obligación, sino con una relación con Dios, de algo que la persona decide aceptar”, expresó.

Restaurar la vida

La propuesta de la fundación, para la restauración de la vida de personas con consumos problemáticos, incluye talleres ocupacionales. Panadería, carpintería, mecánica, electricidad y cocina. “Esto ayuda a aprender un oficio y también se trata de entablar la responsabilidad, el compromiso con un trabajo, con un funcionamiento diario y semanal en su periodo de rehabilitación”, afirmó Romero.

Foto Lautaro Barrientos

Sobre la estadía en la fundación, el joven contó que si bien cada paciente tiene su tiempo de rehabilitación, “estimamos que en dos años la persona se limpia, sus pensamientos cambian”.

Una vez cumplido el proceso de rehabilitación, la o el interno tiene la posibilidad de formar parte de la fundación como voluntario o pasar a la etapa de reinserción. La última opción consiste en llevar una vida fuera del internado, pero asistir a la fundación algunas veces por semana.  

“A mí en lo personal me tocó sentir que Dios contaba conmigo y al haberme sanado, quise quedarme a ayudar a otras personas”, expresó Romero. Además, contó que actualmente acompaña a otros jóvenes que llegan a Fundación Reto a la Vida. Trabaja en la panadería donde producen y comercializan panificados. Viaja de vez en cuando a visitar a su familia a San Francisco.  

La importancia de la inserción laboral

Maximiliano Rauber fue interno en la fundación, actualmente se desempeña como terapeuta en Manantiales y es parte del equipo territorial comunitario de Sedronar.

Si bien él decidió culminar el tratamiento y seguir su vida fuera de la fundación, reconoce los resultados. “Si bien mantiene esa disciplina de fé, evangélica cristiana, los resultados son muy eficientes”, expresó. Sobre su paso por el internado, comentó que todas las personas se comprometen a colaborar con otros. En su caso, lo ayudaron en su momento y, ahora, él ayuda a otro en su tratamiento, evolución y desarrollo.

Fotos Lautaro Barrientos

Fundación Reto está presente en 35 países. En Misiones tiene tres comunidades, en Aristóbulo del Valle, Posadas, y Eldorado. Trabaja de forma voluntaria y gratuita, brinda talleres funcionales a los que los chicos asisten como a un trabajo. En Posadas tienen una fábrica de panes y comercializan los productos para el sustento de la fundación. Solo en la capital provincial Reto tiene una casa de mujeres, otra de varones y una para niñas judicializadas. “Alojan a menores que enfrentan situaciones de orfandad o sus padres tienen  algún problema judicial”, explicó Maximilano Rauber.

Sobre los talleres de oficio, el terapeuta señaló que es uno de los principales aportes de las organizaciones. “Es resocializar a la persona que atravesó un consumo problemático”, consideró Rauber. “Hay chicos que ingresan que nunca trabajaron. A través de la fundación adquieren la disciplina, la noción de responsabilidad y logran sostener un trabajo, que es muy importante”, sostuvo.    

Maximiliano Rauber restauró su vida. Tiene trabajo. “Hace siete años no consumo, me trajo mi hermano, yo estaba en situación de calle”, recordó. Las personas con consumo problemático de sustancias sufren estigmatización. “Somos etiquetadas como adicto, falopero, como delincuente”, señaló. La adicción es una “problemática transversal, no afecta solo a una clase social”.

“Hay estadísticas que demuestran que en todas las familias hay un potencial adicto, por eso es importante la prevención y las alternativas de restauración y recuperación”, advirtió Rauber. Para esto es clave la inserción laboral, porque “una persona enferma por la adicción no responde a los estándares sociales, relacionados a lo laboral y económico”. Por esto, apunto que las acciones estatales y no gubernamentales, relacionadas a la terminalidad escolar, capacitación y reinserción laboral son muy importantes.

El mensaje: volver a la vida es posible

Tanto Romero como Rauber destacan el trabajo de las organizaciones como Fundación Reto y del Estado. Los resultados son positivos, dicen ambos.Muchas familias se han restaurado. Uno llega mal y la familia también está destrozada. Hoy muchas personas que se han casado, formaron su familia, tienen sus hijos. Pertenecen también a la obra”, contó Facundo Romero, quien cree y profesa la religión evangélica.

Maximiliano Rauber resaltó, que después de pasar por la rehabilitación, “ves chicos que fueron expulsados de sus casas y hoy están recuperados, junto a su familia otra vez. La recuperación y la restauración de la vida desacralizan todo”.

Al finalizar, señaló que hay tantas alternativas de abordaje de prevención de adicciones. Aclaró que “no sabemos cuál es la mejor, quizás no existe la alternativa ideal de tratamiento. Sino más bien pasa por la adherencia del individuo que accede a pedir ayuda y hacer un tratamiento”. Insistió en que “todas son opciones que pueden salvar vidas y familias y eso es lo más importante”.

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