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Spoiler Alert: La guerrera rosa de esta historia superó el cáncer de mama

Le diagnosticaron cáncer de mama cuando estaba embarazada de cinco meses. Luchó contra la enfermedad, acompañada por su familia y el equipo médico. Hoy Alicia Fernández es emprendedora, ve la vida de otra manera y resalta la importancia de hacerse los controles a tiempo. La guerrera rosa, llamó a su hijo Salvador.

Florencia Bueno

La historia de Alicia Fernández se asemeja a la de muchas mujeres. Un día palpó en su mama derecha una protuberancia. Su obstetra le indicó estudios mamarios urgentes. El diagnóstico le llegó en un momento que no se esperaba, su segundo hijo estaba en camino. Su familia -su hijo que en ese entonces tenía 3 años- y un equipo médico que ella valora muchísimo, fueron el soporte para “salir de esta”.

Cuando Alicia sintió un bultito en su mama derecha pensó que tenía que ver con el embarazo. “Con los cambios corporales que una sufre naturalmente, pensé”, contó a Canal12.

Guerrera rosa: Alicia Fernández

Tenía un turno programado con su doctora para la semana siguiente. “Controlé durante todos esos días y noté que fue desapareciendo, pero en realidad se fue escondiendo detrás de la mama”. La obstetra le indicó estudios mamarios urgentes. Primero una ecografía, en la que se vio un nódulo de contornos espiculados. Es decir de bordes irregulares, “lo cual no era un buen signo”, recordó.

“Me explicaron que si tenía los bordes lisos, el nódulo o el tumor estaba encapsulado. En mi caso tenía los bordes espiculados, lo que significaba que era de carácter maligno”, dijo Alicia. Con el resultado de la ecografía, la doctora indicó una mamografía, otra vez “de carácter urgente”.

Añadió: “También salió esa imagen que no era favorable. Luego me hicieron una biopsia, me sacaron una muestra que fue a Rosario para el análisis. A los quince días mi diagnóstico tuvo nombre y apellido”.

Guerrera Rosa: la convicción de salir adelante

En 2019, a Alicia -embarazada de cinco meses- le diagnosticaron cáncer de mama. Una enfermedad tan temida, que por momentos le cuesta nombrarla. Contó que hasta entonces “venía bien, con un embarazo hermoso”. Tenía ya un hijo de tres años, que actualmente tiene siete. También reconoció que hacía mucho tiempo no se realizaba los controles de mamas y que la noticia fue un golpe muy duro.

“Fue difícil. Ya con el embarazo que viene a revolucionar, es una vorágine de sensaciones, emociones y sentimientos. Fue un golpe. Para mí, para mi esposo, mi familia y mis padres. Yo tuve desde el primer momento la firmeza y la convicción de que tenía que salir de esta”, contó. “No me di otra opción, ni de ponerme mal, de amargarme, de dejarme ganar por la enfermedad, esa es la verdad. No me di esa oportunidad. Fue fuerte obviamente, no fue fácil”, recordó Alicia.

La salud mental

El tipo de cáncer que le prescribieron era de carácter hormonal. El equipo médico de ella fue fundamental, quien valora muchísimo a las profesionales que la contuvieron.

“Se juntaron a trabajar en equipo, mi mastóloga la doctora Ruiz Díaz, mi obstetra la doctora Noelia Báez y la oncóloga Nora Krause. Ellas tres me recomendaron empezar tratamiento psicológico, unas sesiones como para que me ayude en cada etapa”, explicó Alicia.

Aseguró que la terapia psicológica fue esencial para atravesar el proceso. “Porque además del tratamiento de la enfermedad, tenía un embarazo en paralelo y ese era mi tema más grande. Que mi bebe esté bien y así fue”, agregó.  

La psicóloga, Emilia Longue, “fue una genia” resaltó Alicia. Le hizo trabajar mucho para sacarle el lado positivo a la enfermedad y la metáfora de transformación que usó la profesional, merece ser citada con todas las palabras de la guerrera rosa.

“Me dice, una mariposa no llega a ser una mariposa de la noche a la mañana, sufre una transformación. Para que esa mariposa sea bella y embellezca el paisaje, sufrió un proceso. Y tu tratamiento es un proceso que estás pasando, es un antes y un después, es una transformación”, sostuvo.

Operación Salvador

Alicia entró a cirugía cuando transitaba el sexto mes de embarazo. Anestesia total y el bebé monitoreado durante toda la intervención. “Ante cualquier eventualidad lo tenían que sacar a él”, recordó sobre ese día.

La cirugía fue un éxito. A partir de entonces solo debió recuperarse de la operación, no podía iniciar tratamientos de quimioterapia y rayos hasta que el bebé naciera.

“Entonces ahí fue donde me cuidé e hice todo lo que los médicos me dijeron. Desde el primer momento a rajatabla. Ni más ni menos. Siempre me comprometí con el tratamiento y me entregué a los médicos, confié en ellos”, contó Alicia.

Alicia junto a sus dos hijos.

Una vez que se recuperó de la cirugía de mama, nació Mateo Salvador, a los ocho meses de gestación, por cesárea. “Para mí era Salvador porque no le cabía otro nombre”, dijo la guerrera rosa.

La enfermedad se hizo visible con el embarazo. Según le indicaron los estudios médicos, el tumor estaba dormido, lo tenía desde hace algunos años atrás. “Al ser un cáncer del tipo hormonal salió a la luz en ese momento”, explicó Alicia.

La importancia de los controles y el diagnóstico temprano

La experiencia que atravesó esta guerrera, sobreviviente de cáncer de mama, le hizo cambiar su vida. Actualmente, ve diferente y a todo el proceso le sacó algo positivo. 

Valoró a los profesionales que la acompañaron. “Me hicieron entender que el agarrar a tiempo, salva vidas. A mí me salvó eso, detectarlo a tiempo”, señaló.

Guerrera Rosa en tratamiento.

También recordó que como no sentía dolor ni percibía síntomas, no se hacía controles ginecológicos hacia bastante tiempo. “Una cree que está sana, bien. No hay que esperar a tener síntomas para hacerse los controles. Aprendí de eso, que la prevención es sumamente importante, es primordial y llegar a tiempo mucho más”, dijo.

Un click a tiempo

Con el tiempo, la contención, los tratamientos y sus hijos en brazos, Alicia dejó de pensar al cáncer como sinónimo de muerte. Asumió que fue “la primera película” que vio cuando le dieron el diagnóstico. En este sentido, señaló que “una se hace esa idea” por la falta de información, el desconocimiento y la incertidumbre. En ella su sumó que no tenía antecedentes familiares con esta enfermedad.

El tratamiento de salud mental le ayudó a revisar cosas de su vida y sus prioridades. El cáncer de mama fortaleció su fe católica. “Dios nunca me soltó la mano” relató. Y sobre todo, destacó Alicia, “hice un click y me di cuenta que hay cosas por las que no vale la pena correr”.

Alicia Fernández, guerrera rosa de vacaciones con sus hijos.

“Comencé a vivir la vida de otra manera, a pensar distinto, a que somos muy sensibles, en el sentido de que nadie está exento de nada. A veces nos creemos muy superiores o poderosos y esto le puede pasar a cualquiera, al que menos se lo espera. No hay una clasificación de a quién sí y a quien no, somos impredecibles”, reflexionó.

Hoy, asegura, que su mayor fortaleza está en sus hijos. Señaló a toda su familia, marido, hermanos, padres y amigos, como las personas en las que se sostiene. “Son mi centro”, resumió. El click del que habla, le hizo darse cuenta que “todo el resto puede esperar”.

Es licenciada en Seguridad e Higiene, decidió dejar su profesión, estresante como la de muchos, para dedicarse a cuidar su salud y a sus hijos. Su mamá le prestó una máquina de coser, hizo cursos de costura y en la actualidad -ya más equipada- lleva adelante un emprendimiento. “Confecciono cosas para mis hijos y amigos también. Hago uniformes escolares en pequeña cantidad. Manejo mis tiempos, desde mi casa, me siento útil y puedo ir haciendo lo que a mí me gusta”, contó Alicia.

Mes Rosa: políticas públicas que curan

El Mes Rosa es un recordatorio anual de la importancia de prevenir y apoyar a quienes transitan por este proceso. Octubre es el mes para la sensibilización sobre el cáncer de mama. Tiene como objetivo aumentar la atención, detección precoz y el tratamiento de la enfermedad.

El 90% de los cánceres de mama se curan. Esto es posible si se detecta a tiempo. Ese es el objetivo de las campañas de concientización, llegar a tiempo. El diagnóstico tiene diversos motivos, como antecedentes genéticos, la influencia de las condiciones ambientales, dietas poco saludables o alteraciones hormonales.

En Misiones, a lo largo de estos años el Ministerio de Salud Pública fortaleció la red de mamografías en hospitales de la provincia. Pueden asistir las mujeres entre de entre 40 y 70 años.

El Instituto Misionero del Cáncer (IMC) se creó por ley en 2012 y tiene como objetivo promover los recursos necesarios para los cuidados paliativos. Con el fin de prevenir y tratar lo antes posible los síntomas de la enfermedad y los efectos secundarios del tratamiento.  El centro dispone de equipamiento y profesionales calificados.

En marzo de 2023, la Provincia aprobó el Boleto Oncológico Gratuito para que los pacientes puedan hacer uso del beneficio de gratuidad en el transporte público de pasajeros.

En la actualidad, Misiones cuenta con 33 mamógrafos. Equipos tecnológicos de alta calidad, que lo manejan personal calificado y especialistas que hacen los informes. Desde la cartera de salud sostuvieron que “tener mamógrafos de alta definición y calidad en diferentes puntos de la provincia es una política contundente que realizó el Estado”. Además, con la aplicación Alegramed los pacientes pueden sacar turnos y los médicos pueden recorrer el historial del paciente. “Es una política de Estado al servicio de la gente en forma totalmente gratuita para la ciudadanía, con una inversión fuerte de parte del Gobierno”, aseguraron desde el área sanitaria.

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