Opresión e injusticia son los temas claves de la vida del gaucho quien, a través de payadas, cuenta su historia y da recomendaciones que quedaron marcadas en la memoria colectiva de los argentinos.
Rico en frases, testimonios y poemas, Martín Fierro cumple un siglo y medio de publicarse. Con la finalidad de reivindicar la imagen del gaucho, José Hernández refleja, a través de versos, la vida de desdichas de la figura principal. Para el 1879, el autor publica la segunda y última parte: La vuelta de Martín Fierro, donde la vida del protagonista da un giro interesante en su existencia.
“Aquí me pongo a cantar/ al compás de la vigüela”, es el verso que da inicio a la obra de José Hernández donde el payador, Martín, comienza a dar vida a su personaje. Obligado a incorporarse al ejército, se torna víctima de la opresión y la injusticia, y escapa para convertirse en un matrero fuera de la ley.
El Gaucho representa la cultura argenta y las tradiciones rurales, elementos que lo llevan a posicionarse como parte de la identidad regional. A lo largo de los años, ha mantenido su esencia como portador de la bandera de lealtad, valentía y respeto a donde quiera que vaya.
«Yo nunca tuve otra escuela
que una vida desgraciada:
no extrañen si en la jugada
alguna vez me equivoco,
pues debe saber muy poco
aquel que no aprendió nada».
El Viejo Vizcacha, la viveza criolla
A lo largo de los dos libros, el autor se involucra con una multiplicidad de temas de índole social, moral y personal. Esto puede reflejarse en la contraposición que se realiza entre los personajes de Martín y el viejo Vizcacha, tutor del segundo hijo de Fierro.
A diferencia del gaucho principal, Vizchacha toma el rol del “pícaro” criollo encargado de brindar consejos inmorales, egoístas, misóginos y ventajistas.
Este 2022, cumple 150 años la publicación que llevó a Hernández a adquirir gran popularidad. Si bien para el 1872 ya había escritores que dieron inicio al género de la literatura gauchesca, como Bartolomé Hidalgo o Estanislao del Campo, la obra Martín Fierro atravesó generaciones posicionándose en la cumbre de la literatura.