Higienizar, conservar, desinfectar y reconstruir el cuerpo para su posterior velatorio, ese es el trabajo de los tanatopractores. La profesión busca borrar los signos de la muerte en el cuerpo.
Embellecer la muerte. Ese es el trabajo de Nadia Melgarejo, tanatopractora de la Funeraria Paz eterna. Su tarea consta en higienizar, conservar, desinfectar y reconstruir los cuerpos de las personas fallecidas. El trabajo tiene como objetivo mejorar el aspecto de los muertos a fin de que las familias puedan despedir a su ser querido el tiempo que sea necesario.
“Primero lo vi como un ingreso económico y después me capacite, perfeccione y ahora hace diez años me dedico a esto“, contó Melgarejo a Canal 12. Actualmente no se imagina desarrollar otra tarea.
La tanatopraxia es el conjunto de técnicas que se realiza sobre un cadáver para higienizar, conservar, desinfectar y reconstruir el cuerpo para su posterior velatorio. El proceso se realiza de acuerdo con las normas higiénico-sanitarias. La actividad respeta los ritos religiosos y maneja las técnicas y habilidades en relación. La persona tanatopractora es el personal calificado para desarrollar las técnicas utilizadas en la tanatopraxia.
La importancia de la despedida digna
“La empresa funeraria se encarga de informar a la familia sobre este servicio”, comentó Melgarejo. Para llevar adelante el trabajo, los especialistas deben saber cuantas horas lleva fallecida la persona. También, cuanto tiempo durará el velatorio. En base a eso deciden qué técnicas aplicar en el cuerpo.
La tanatopraxia busca borrar los signos de la muerte en el cuerpo. Además, postergar su descomposición. “La idea es mejorar el aspecto de la persona y suavizar lo que deja la muerte para que el familiar pueda despedir a su ser querido en paz”, detalló la profesional.
Si bien la profesión es atípica en la sociedad, adquiere gran importancia para los cuidados y la reconstrucción de la persona que deja el plano físico. La principal misión es realizar un proceso lo más cercano posible a la realidad, para ofrecer la mejor imagen del difunto, sin cambiar la apariencia de la persona en su pasado.
