En el marco del Día de las Abejas, un evento que pone en valor el trabajo de estos insectos esenciales para el ecosistema, se pudo conocer la historia de Daniel Reichert, quien con tan solo 9 años, es considerado el apicultor más joven de Misiones. Junto a él, su padre Rubén Reichert, un reconocido apicultor de Eldorado, compartió su experiencia y su vínculo con la apicultura, un oficio que atraviesa generaciones en la familia.
Un oficio que comenzó de generación en generación
Rubén Reichert, oriundo de Dos de Mayo y radicado en Eldorado, se dedicó a la apicultura desde pequeño, inspirado por el trabajo de sus padres. A lo largo de los años, su dedicación lo llevó a obtener el Premio Nacional en la Expo Apícola del Mercosur 2024, destacándose entre 127 apicultores de seis países en la categoría de miel oscura. Rubén relató cómo el oficio ha evolucionado con el tiempo: “Antes, la extracción de la miel era más sencilla. Hoy, con el avance de la tecnología, contamos con máquinas, pero el amor por las abejas sigue siendo el mismo”.

Su pasión por las abejas resurgió hace siete años, cuando un aula móvil del Gobierno de Misiones le permitió capacitarse en apicultura. “Fue un cable a tierra”, confesó Rubén. “Empecé como hobby, pero luego mis amigos me pidieron miel y ahí todo comenzó a crecer. Hoy tenemos 90 colmenas, y para fin de año esperamos llegar a 130”.
Daniel es el apicultor más joven de la provincia
El legado que Rubén transmite a su hijo Daniel es uno de los aspectos más emotivos de su historia. Daniel comenzó en la apicultura a los 4 años y a los 6 ya tenía su propio traje y su primera caja de abejas. Hoy, con 9 años, disfruta de la actividad junto a su padre y se encarga de la producción y venta de miel. “Me gusta la apicultura. Hay que ser valiente porque te pueden picar varias veces. La miel que producimos la vendemos a 8 mil por kilo. Disfruto de esta actividad, está buena”, expresó Daniel con entusiasmo.

Además de miel, la familia Reichert produce propóleo concentrado, miel de yateí (más ligera y líquida que la miel común) y otros productos naturales. Según Rubén, “todo lo que procesamos es 100% natural, sin químicos”.
Este año cosecharon más de tres toneladas de miel
El año pasado, debido a factores ambientales adversos, Rubén Reichert logró cosechar apenas 120 kg de miel, un resultado que no reflejaba el potencial de su trabajo habitual. Sin embargo, este año, las condiciones fueron mucho más favorables y en su primera cosecha alcanzó los 3.200 kg de miel, lo que marcó un notable incremento en la producción. Este éxito fue un reflejo del esfuerzo constante y la dedicación que la familia Reichert pone en su apicultura, superando las dificultades previas y obteniendo resultados mucho más alentadores.

La apicultura enfrenta desafíos, especialmente con la pérdida de colmenas debido a la invasión de hormigas o la expiración de la cera. Rubén explicó que la clave está en mantener un trabajo constante: “Revisamos las colmenas todo el año, porque las hormigas pueden matarlas”. También destacó la importancia del trabajo en equipo con sus abejas: “Cada colmena tiene entre 60 y 80 mil abejas, y en las más reforzadas puede haber hasta un millón”.
Miel con etiqueta misionera
La desaparición de las abejas sería catastrófica para la naturaleza, advirtió Rubén. “Si las abejas se extinguen, en cuatro años no habría más vegetación, ni semillas. Ellas son vitales para la polinización”. Este llamado a la conciencia ambiental fue acompañado por su recomendación de no matar a las abejas, ya que son esenciales para el equilibrio del ecosistema.

Rubén Reichert comercializa su producción bajo la marca “Selva Misionera – Miel de Abeja”, una línea de productos 100% naturales que incluye miel pura, miel en panal, propóleo concentrado y miel de yateí. Su emprendimiento familiar está ubicado en el Barrio San Martín, Bahía Blanca, Kilómetro 3, Número 1784, Eldorado, Misiones. Para adquirir sus productos o realizar consultas, se lo puede contactar directamente al teléfono 3751-447365.
Asimismo, indicó que “la miel no tiene vencimiento”, como comúnmente se cree. “Es como el vino, mientras más tiempo pasa, mejor se pone”.
El Día Mundial de las Abejas
Por último, Daniel también desmintió el mito de que las abejas siempre son agresivas. “Son tranquilas si las tratas con respeto”, dijo mientras su padre agregaba que, a pesar de haber sufrido algunas picaduras graves en su carrera, nunca le ha causado mayores inconvenientes.
Este Día de las Abejas fue una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la apicultura, no solo como una actividad económica, sino como una práctica vital para la supervivencia de nuestro ecosistema. La historia de los Reichert es un ejemplo de cómo la tradición familiar y el amor por la naturaleza pueden unirse para preservar una actividad que es esencial para todos.