La cotización del dólar mayorista retrocedió este martes hasta los 1.160 pesos, su valor más bajo desde fines de mayo. La baja de 22 pesos respecto al cierre anterior, equivalente a una caída del 1,9%, se dio en una jornada sin intervención oficial del Banco Central y con un volumen operado de USD 486,5 millones. El movimiento refleja, según analistas, la consolidación del proceso de estabilización cambiaria que sostiene el Gobierno desde hace más de dos meses.
El descenso del dólar mayorista impactó en las pizarras del sistema bancario. El tipo de cambio minorista cerró a un promedio de $1.189,61 para la venta, según datos del Banco Central. Representó una caída de más de 11 pesos. En el Banco Nación, la baja fue de 15 pesos, con un cierre en $1.185.
Cómo se explica la baja del dólar mayorista
Desde el mercado, atribuyen esta tendencia al ordenamiento macroeconómico y a la decisión oficial de mantener el tipo de cambio dentro de una banda de flotación libre. “Es la caída diaria más importante desde la registrada el pasado 7 de mayo”, señaló el operador Gustavo Quintana, de PR Corredores de Cambio.
Para el economista Aldo Abram, la actual situación responde a un esquema de libre mercado sin intervención oficial. “El BCRA no está usando sus reservas para evitar que el tipo de cambio suba. Los que operan son los que definen hoy el valor del dólar”, afirmó.
La calma cambiaria también despierta el interés por estrategias financieras como el carry trade. Según Gustavo Ber, “continúa el ‘combo’ de políticas positivas que sostienen el apetito por rendimientos en pesos, mientras el dólar mayorista sigue muy estable. Esto fortalece el proceso de desinflación”.
Uno de los factores que sostuvo la oferta de divisas fue la aceleración de liquidaciones del agro. Ignacio Morales, de Wise Capital, remarcó que la cercanía del fin del esquema de retenciones reducidas motorizó el ingreso de dólares. “El 30 de junio finaliza el beneficio. Por eso, los exportadores están anticipando operaciones para aprovechar el diferencial”, explicó.
Las retenciones volverán a sus niveles anteriores: 33% para soja, 31% para derivados, 12% para maíz y sorgo, y 7% para girasol. En ese contexto, el campo podría aportar hasta USD 3.500 millones en junio. De confirmarse, sería el segundo mejor junio de la historia, solo por detrás de los USD 3.800 millones registrados en 2022.
A esa mayor oferta de divisas se sumaron otras medidas para robustecer las reservas internacionales. El Gobierno concretó un préstamo tipo REPO por USD 2.000 millones con garantía de títulos públicos, lo que elevó las reservas brutas por encima de los USD 40.000 millones. Además, avanzó con la colocación del Bonte 2030, que permite ingresar dólares a cambio de títulos en pesos.
No intervenir, es la tarea
Según Invecq, estas decisiones buscan acumular reservas sin afectar el precio del dólar. “El equipo económico prioriza consolidar el proceso de desinflación, evitando compras de divisas que presionen sobre el tipo de cambio. Con estos anuncios se logra el doble objetivo: reforzar el stock del BCRA y mantener la estabilidad cambiaria”, detalló la consultora.
Desde el Grupo IEB agregaron que el BCRA avanza con un esquema de control monetario focalizado en los agregados transaccionales. “La política está orientada sobre el M2 Privado. Así, se busca cumplir con las metas de reservas exigidas por el FMI sin alterar el equilibrio del mercado cambiario”, indicaron.
Con una inflación mensual que ya se ubica por debajo del 2%, la combinación de oferta sostenida, estrategias de mercado y disciplina fiscal se consolida como el camino elegido por el Gobierno para contener la volatilidad del dólar y afianzar un esquema de estabilidad. La expectativa oficial es que esta situación se prolongue al menos hasta la revisión del acuerdo con el FMI en julio.
