En un ambiente cargado de expectación y fervor religioso, la Plaza de San Pedro fue testigo de un momento histórico. Este jueves, tras una jornada de espera, la tradicional fumata blanca emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, desatando una ola de júbilo entre los cientos de miles de personas congregadas con sus teléfonos en alto para capturar el instante. Este humo blanco señaló inequívocamente la elección del 267º Papa en la historia de la Iglesia Católica, el sucesor de Francisco.
La aparición de la fumata fue simultánea al repique festivo de las seis imponentes campanas de la Basílica de San Pedro, cuyo sonido resonó en todo el Vaticano, amplificando la emoción del momento. Miles de fieles y curiosos, provenientes de diversos rincones del mundo, prorrumpieron en aplausos, vítores y cánticos al confirmarse la noticia tan esperada. La tensión acumulada durante la jornada se disipó en una explosión de alegría y esperanza.
Habemus papam: seguí en vivo el anuncio del sucesor de Francisco
Ahora, la atención se centra en la inminente presentación del nuevo líder espiritual de los 1.400 millones de católicos que profesan su fe a nivel global. Si bien no hay un plazo exacto, se estima que en breve, siguiendo la tradición, el cardenal protodiácono, el corso-francés Dominique Mamberti, se asomará al balcón central de la Basílica de San Pedro, conocido como la “loggia”.
Desde este emblemático balcón, Mamberti pronunciará el tradicional anuncio en latín: “Habemus Papam” (Tenemos Papa), seguido del nombre de pila del elegido y el nombre pontificio que adoptará. Esta fórmula ancestral conecta el presente con siglos de historia de la Iglesia Católica, marcando un nuevo capítulo en su liderazgo.
La elección del nombre que adopte el nuevo pontífice no será un mero formalismo, sino que encerrará un significado profundo. Este nombre ofrecerá las primeras pistas sobre la visión y el programa que guiarán su pontificado, delineando, a grandes rasgos, las prioridades y el enfoque que imprimirá a su liderazgo de la Iglesia.
La elección del nombre del nuevo papa
La elección del nombre por parte de su predecesor, el argentino Jorge Bergoglio, ya fue en su momento una señal trascendente. Al presentarse al mundo el 13 de marzo de 2013 con un sencillo “Queridos hermanas y hermanos, buonasera”, su decisión de adoptar el nombre de Francisco causó un impacto duradero. Este nombre rindió homenaje a San Francisco de Asís, un santo que renunció a las riquezas, se dedicó a los pobres, celebró la naturaleza y sintió el llamado a renovar la Iglesia en la Edad Media.
La elección del nuevo Papa marca un momento crucial para la Iglesia Católica, generando expectativas sobre la dirección que tomará bajo su liderazgo. El mundo observa con atención el anuncio inminente desde el balcón de la Basílica de San Pedro, ansioso por conocer la identidad del nuevo pontífice y el mensaje que transmitirá con su nombre y sus primeras palabras.