Cada 7 de julio, comunidades de todo el mundo celebran el Día Mundial del Cacao y Chocolate, una fecha que rinde homenaje a una de las semillas más antiguas y valoradas de la humanidad. Conocido como el “alimento de los dioses”, el cacao fue un elemento central en las culturas mesoamericanas y hoy continúa siendo un símbolo de identidad, riqueza cultural y motor económico para miles de productores en distintas regiones.
La efeméride fue instaurada en 2010 para reconocer el papel fundamental del cacao en la historia, la salud, la cultura y la economía. Su impacto se extiende desde su uso como moneda y medicina en tiempos precolombinos hasta su actual protagonismo en las industrias alimentaria y cosmética. En paralelo, la fecha también coincide con el Día Mundial del Chocolate, especialmente difundido en el mundo anglosajón y francófono.
Un legado ancestral con sabor a futuro
Originario de América, el cacao fue reverenciado por civilizaciones como los mayas y aztecas, que lo empleaban en rituales, lo bebían en ceremonias sagradas y lo intercambiaban como moneda. Esa dimensión espiritual y económica perdura en el presente, ahora enfocada en el valor simbólico del chocolate como puente cultural y en la necesidad de promover prácticas productivas responsables.
Hoy, las celebraciones incluyen degustaciones, talleres educativos, muestras artísticas y ferias del productor al consumidor. Museos, escuelas y centros culturales aprovechan la ocasión para enseñar a las nuevas generaciones el recorrido del cacao: desde la semilla al chocolate, pasando por su cultivo, cosecha, fermentación y transformación.
Comercio justo y producción ética
Uno de los ejes clave del Día Mundial del Cacao es visibilizar el trabajo de miles de pequeños productores que sostienen las cadenas de valor en regiones de América Latina, África y Asia. Las campañas que acompañan la fecha hacen hincapié en la necesidad de apoyar el comercio justo, garantizar condiciones laborales dignas y proteger los ecosistemas mediante prácticas agrícolas sostenibles.
El cacao cultivado bajo sistemas agroforestales, que conservan la biodiversidad y reducen el impacto ambiental, es cada vez más valorado por consumidores conscientes. Etiquetas éticas y certificaciones de origen aparecen como señales de trazabilidad en góndolas y tiendas especializadas.
Una celebración con múltiples aromas
En muchas ciudades, el Día del Cacao y el Chocolate se festeja con lanzamientos de tabletas artesanales, catas de chocolates con alto porcentaje de cacao, mezclas innovadoras con sal, pimienta o hierbas, y encuentros gastronómicos que combinan tradición y vanguardia.
Más allá del sabor, la jornada invita a reflexionar sobre el origen de lo que consumimos y a reconocer el enorme trabajo humano y cultural que hay detrás de cada tableta. Celebrar el cacao no es solo un acto de disfrute, sino también un gesto de memoria, respeto y compromiso con una producción más justa y sostenible.
En suma, cada 7 de julio el mundo revaloriza al cacao como un vínculo entre pasado y presente, entre placer y responsabilidad. Una semilla milenaria que continúa germinando cultura, identidad y conciencia.