La Justicia de Córdoba sentenció a La Mona Jiménez a pagar cerca de 92 millones de pesos a Natalia Jiménez Rufino, su hija extramatrimonial. La demanda por filiación y daños comenzó en 2015 y finalizó con un fallo a favor de la joven.
Natalia, de 44 años, consiguió el apellido Jiménez tras una prueba de ADN en 2021 que confirmó su vínculo con el cuartetero. La mujer nació fruto de una relación secreta que el cantante mantuvo en los años 80 y que él no reconoció durante décadas.

La historia familiar cuenta que Liliana Beatriz Echevarría, madre de Natalia, tuvo un romance breve con La Mona cuando tenía 18 años. En ese entonces, el cantante estaba casado y la relación se mantuvo oculta. Liliana volvió a Buenos Aires y dio a luz a Natalia sin el apoyo de Jiménez.
Durante su infancia, Natalia supo quién era su padre gracias a una abuela. Aunque La Mona pagó algunas cuotas escolares, la relación fue esporádica y distante. La abogada de Natalia confirmó que existen pruebas de esos contactos, como fotos y filmaciones.

Natalia explicó que decidió iniciar el juicio cuando se convirtió en madre. “Quería contar mi historia yo misma, no que mis hijos se enteren por terceros”, dijo en una entrevista. Aseguró que siempre buscó su identidad con pruebas científicas y recuerdos personales.
El fallo no solo establece la indemnización sino que también habilita a la misma a participar en la sucesión del cantante. La familia reconocida de La Mona rechazó cualquier acercamiento. Una de sus hijas oficiales calificó a Natalia como “una extraña” y evitó hablar públicamente.
Natalia denunció que la familia la negó desde el primer momento y que la atacaron con versiones falsas. “Decían que mi mamá lo conoció en un burdel y que todo era por dinero”, relató. A pesar del sufrimiento, aseguró que el juicio cerró una etapa difícil en su vida.