La disputa entre Evo Morales y el presidente Luis Arce derivó en uno de los episodios más violentos de los últimos tiempos en Bolivia. En las últimas horas, manifestaciones, bloqueos y operativos policiales concluyeron con un saldo trágico: cuatro policías y un civil perdieron la vida durante los enfrentamientos en distintos puntos del país. La tensión política escaló a niveles alarmantes y volvió a colocar a Bolivia en el foco de la inestabilidad social.
Los incidentes ocurrieron el miércoles por la noche. Las fuerzas del orden intentaron liberar una ruta bloqueada por militantes afines al expresidente Evo Morales. La acción se desarrolló en el sur del país, donde los enfrentamientos terminaron con víctimas fatales. El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, confirmó el saldo: “hay cuatro policías muertos y un civil que, de acuerdo al reporte preliminar, ha perdido la vida por la manipulación de un artefacto explosivo”.

Cómo continúa el conflicto en Bolivia por el enfrentamiento entre Luis Arce y Evo Morales
A pesar del saldo trágico, el presidente Luis Arce ratificó que los operativos policiales continuarán. “Hasta lograr el objetivo que se ha planteado el Gobierno nacional, de darle rutas expeditas al pueblo boliviano”, expresó ante los medios. Luego se reunió con las autoridades de seguridad y la cúpula militar. En esa instancia, el mandatario descartó cualquier posibilidad de renuncia.
La violencia se concentró en la pequeña ciudad de Llallagua, ubicada a unos 290 kilómetros al sur de La Paz. Allí, los subtenientes Jorge Barrozo Rodríguez y Carlos Apata, junto al sargento Alberto Mamani, murieron durante los disturbios. También murió el subteniente Christian Calle Alcón, en la región central de Cochabamba, tras una emboscada con explosivos.
El ministro de Justicia, César Siles, brindó más detalles: “ya son cuatro los efectivos policiales que han perdido la vida; se están utilizando armas de fuego y están utilizando francotiradores inclusive”. Estas fueron las primeras muertes después de diez días de bloqueos impulsados por los seguidores de Morales. Los cortes se iniciaron luego de que el Tribunal Constitucional le impidiera volver a competir por la presidencia en las elecciones de agosto.
Según el vocero policial Limber Choque, uno de los agentes murió por disparos de arma larga y otro a golpes. “Apata fue encontrado muerto cerca del río; fue agredido brutalmente”, relató. Choque también sostuvo que las fuerzas de seguridad actuaron con gases lacrimógenos, sin utilizar “equipo letal”. En el caso del sargento Mamani, las autoridades todavía investigan la causa de la muerte.
La violencia también dejó heridos. El viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera, informó que un capitán de la policía, Dainor Miranda, resultó gravemente herido por “agresiones con disparos de arma de fuego”. Lo ingresaron de inmediato a terapia intensiva. A su vez, otros dos policías sufrieron heridas durante los operativos en la ruta.
Crudos enfrentamientos
En paralelo, la televisión estatal Bolivia TV mostró imágenes impactantes. Manifestantes golpearon a grupos de policías con piedras y les quitaron su equipo. La situación en Llallagua se volvió insostenible. Más de 30 personas resultaron heridas en enfrentamientos entre ciudadanos y simpatizantes de Morales. Muchos vecinos salieron a liberar las vías por desesperación, ya que los bloqueos impidieron el ingreso de alimentos a la ciudad.
Horas antes de los choques, Arce ordenó a la policía y al ejército desbloquear las rutas. En conferencia de prensa, denunció que los cortes y “actos vandálicos y de violencia” tenían “como único objetivo derrocar al gobierno nacional”. El mandatario focalizó la orden en la región de Cochabamba, un punto estratégico para la conexión entre el oriente y el occidente boliviano.
Los intentos previos por liberar las rutas fracasaron. La semana pasada, las fuerzas del orden despejaron tramos clave, pero los manifestantes regresaron a cortar los accesos. Durante el último operativo, los uniformados recurrieron nuevamente al uso de gases lacrimógenos.
Las consecuencias de la crisis
Los bloqueos también generaron graves consecuencias económicas. Camiones con alimentos y combustibles quedaron varados en seis de las nueve regiones del país. Según cálculos oficiales, las pérdidas económicas ya superan los 100 millones de dólares. Mientras tanto, la población sufre la escasez de productos básicos.
“Comprar un pollo es como recibir un trofeo”, dijo Marta Muñoz, de 73 años, en diálogo con la agencia AP. La mujer pasó casi cinco horas en fila en un mercado callejero de La Paz. “Esto es resultado de la pelea del presidente Arce y Evo… No podemos seguir así”, lamentó.
Juana Quispe, vendedora en la misma zona, explicó que ahora recibe apenas el 40% de la mercadería habitual. Además, el precio del pollo subió un 20%. La crisis se refleja en cada mercado de la capital boliviana.
Desde su residencia en el Chapare, Evo Morales también se expresó. “Con estos operativos… sólo van a crear mayor sublevación del pueblo boliviano. El gobierno no resuelve la crisis”, dijo a la radio Kausachun Coca. Morales permanece en esa región desde octubre, cuando la justicia emitió una orden de detención por una causa de presunto abuso durante su presidencia.
“No nos vamos a rendir… A este paso este movimiento es imparable”, advirtió. La tensión política y social en Bolivia promete continuar. Los próximos días serán determinantes para el futuro del país.
