Una grave denuncia sacude a la provincia de La Pampa, luego de que dos organizaciones no gubernamentales advirtieran sobre la presunta presencia de agrotóxicos en el agua potable de varias localidades. La Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), la Fundación Chadileuvú y la Asociación Pampeana de Medicina General hicieron pública su preocupación, basándose en un informe de la Unidad de Monitoreo Ambiental (UMA) de la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático local.
Las organizaciones manifestaron su profunda inquietud ante los resultados del informe, que según afirman, revela la contaminación del recurso hídrico esencial para la vida. En este contexto, levantaron sus voces para cuestionar las prácticas de fumigación convencionales y promover la adopción de modelos agroecológicos como una alternativa más segura y sostenible.

Se espera que los detalles del informe s den a conocer este jueves en una conferencia de prensa organizada por las ONGs. En este encuentro con los medios, se prevé que profundicen sobre los hallazgos de la UMA y se expliciten las demandas de las organizaciones en relación con la regulación y el control del uso de agrotóxicos en la provincia.
Antecedentes de contaminación por agrotóxicos en La Pampa
Este no es el primer indicio de la presencia de agroquímicos en la región. A principios del año pasado, un estudio del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), difundido por Diario Textual, reveló la detección de residuos de estas sustancias en el ambiente y en personas de diversas provincias como La Pampa.
Si bien aquella investigación previa no especificó la localidad pampeana donde se tomaron las muestras, un mapa adjunto al estudio sugería una posible zona cercana a los departamentos de Quemú Quemú o de Maracó. En dicho análisis, se identificaron residuos de pesticidas como atrazina, metolaclor, imidacloprid, hidroxiatrazina, imazetapir y 2.4D en el agua potable.

El informe del INTA destacó una “significativa/notable” correlación entre los pesticidas utilizados en los cultivos y los encontrados en el agua potable. Un dato alarmante que arrojó la investigación fue que la concentración individual de pesticidas en el agua potable superó los límites europeos en un 8,7% y un 17,6% de las muestras recolectadas en suministros públicos y privados, respectivamente.
Marco regulatorio
Ante estos hallazgos, los autores del estudio del INTA, la ingeniera agrónoma Virginia Aparicio y el bioquímico Eduardo De Gerónimo, enfatizaron la necesidad de incorporar los plaguicidas dentro del marco regulatorio que controla la calidad del agua potable. Su recomendación apuntaba a garantizar la protección de la salud pública y a promover una reducción progresiva en el uso de estas sustancias.

Los investigadores concluyeron que “la adopción de estas medidas contribuirá a garantizar la seguridad y sostenibilidad de las fuentes de agua potable para la población”. Esta advertencia resuena ahora con la nueva denuncia de las ONGs pampeanas, quienes buscan generar conciencia y acción ante la potencial contaminación del agua que consume la población.
Es importante recordar que La Pampa cuenta con una Ley de Gestión Integral de Plaguicidas que establece distancias de fumigación de 3000 metros por vía aérea y 500 metros por vía terrestre respecto a los espacios urbanos. Además, exige autorización municipal para aplicaciones terrestres entre los 500 y los 3000 metros. Sin embargo, esta normativa crucial aún se reglamentó, lo que genera preocupación sobre su efectiva aplicación y control.