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Written by 7:18 pm Economía

Tres marcas de indumentaria ajustan su estrategia y reducen sus precios

Tres marcas de ropa en Argentina anunciaron la baja de sus precios por las nuevas medidas de importación y aranceles.

La presión de la ropa importada ya modificó el mapa del consumo local y empujó a tres marcas argentinas a bajar sus precios de forma significativa. En un escenario donde las prendas extranjeras ganan espacio, empresas como Equus, Etiqueta Negra y Gola ajustaron sus estrategias comerciales. Además de responder a la competencia, aprovecharon la reducción de aranceles para trasladar beneficios al consumidor.

Equus anunció rebajas de hasta un 40% en una amplia gama de sus productos. La marca buscó retrotraer los valores a los que ofreció en 2024. Según detallaron desde la compañía, los nuevos precios permiten comprar sweaters y pantalones desde $49.900, camisas desde $59.900, jeans desde $64.900, camperas desde $84.900 y abrigos desde $159.900. “¡Valores impensados en el mercado actual!“, remarcaron voceros de la firma.

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Las claves para que las marcas de ropa bajen sus precios

Pedro y Martín Wolfsohn, CEOs de Equus, explicaron los motivos de la decisión. “Estamos convencidos de que como argentinos debemos acompañar a nuestros consumidores en este momento clave de recuperación económica”, afirmaron. También destacaron que la empresa mantiene su objetivo de ofrecer prendas de calidad con materias primas internacionales a precios competitivos para el público local.

La marca sostiene una fuerte presencia comercial, con 69 locales exclusivos, más de 70 puntos de venta mayoristas y un canal de e-commerce que ya consolidó su crecimiento.

En sintonía con esta estrategia, Federico Álvarez Castillo —dueño de Etiqueta Negra y Gola— también optó por bajar los precios. “Bajamos nuestros precios en función a la reducción de aranceles a la importación”, explicó el empresario. “Nos adecuamos a la nueva normativa arancelaria y se lo trasladamos al consumidor”, agregó.

Las nuevas reglas anunciadas por el Gobierno semanas atrás modificaron el esquema de tributos que se aplican a la ropa y el calzado importado. Las alícuotas pasaron del 35% al 20% para esos productos. También se redujeron los aranceles para tejidos, del 26% al 18%, y para hilados, con un nuevo rango de entre 12% y 16%.

El anuncio de Etiqueta Negra

Ese contexto permitió a Etiqueta Negra ajustar algunos de sus precios. Por ejemplo, una remera de algodón que costaba $79.000 ahora vale $76.000. Aunque los porcentajes varían según el origen de la prenda, la baja promedio alcanza un 10%. Desde la firma explicaron que su producción es mixta. Fabrican localmente, pero también importan desde distintos países. Por eso, la rebaja se determina según el país de origen del producto.

Incluso antes de estas rebajas generales, varias marcas ya aplicaban descuentos agresivos y ofrecían cuotas sin interés para estimular la demanda. El consumo mostraba signos de retracción, mientras el ingreso de ropa extranjera crecía a ritmo acelerado.

La Fundación Pro Tejer reportó que las importaciones de indumentaria y textiles marcaron un récord histórico en el primer trimestre del año. Las subas interanuales en volumen alcanzaron el 86% en prendas y el 109% en textiles. Además, las compras por courier asociadas al comercio electrónico aumentaron tanto que obligaron a ampliar la infraestructura en los aeropuertos.

Hoy, el 67% de la ropa consumida en Argentina tiene origen extranjero, el nivel más alto desde que se lleva registro. La producción local representa apenas el 33%. En el caso de la indumentaria vendida en shoppings, la participación importada asciende al 75%.

Desde Pro Tejer alertaron sobre el impacto de esta tendencia. “Esto no solo evidencia la presión externa que enfrenta actualmente la industria textil, sino también un proceso sostenido de debilitamiento estructural del entramado productivo”, señalaron.

Además, advirtieron sobre las consecuencias para el empleo y la inversión. “El retroceso se comienza a traducir en el cierre de empresas, pérdida de empleo y de eslabones clave dentro de la cadena de valor”, alertaron. Según explicaron, el sector atraviesa una racionalización forzada, mientras compite en desventaja con productos importados beneficiados por la política económica.

Las críticas por los altos precios que muestran muchas marcas también estuvieron presentes. Sin embargo, desde la fundación defendieron a la industria local. “El 80% del precio que abona el consumidor final por una remera marca premium en un shopping está vinculado a costos que nada tienen que ver con la producción, el diseño y la rentabilidad de la industria y de la marca”, afirmaron.

El avance de las importaciones reconfiguró el mercado. Las recientes rebajas de precios en la ropa muestran que las marcas nacionales se adaptan al nuevo escenario para sostener ventas y competir. Sin embargo, el desafío de fondo persiste: equilibrar la apertura comercial con el desarrollo sostenible de la industria local.

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