Una elección de vida
En Leandro N. Alem, dos jóvenes rompieron con el molde. Rodrigo y Brian, oriundos de la ciudad, optaron por estudiar en una Escuela de la Familia Agrícola (EFA), más precisamente en la EFA Santa Teresita, ubicada en las afueras de la localidad. Estos estudiantes destacan el valor de una educación práctica, orientada al trabajo con la tierra, los animales y las herramientas de producción sustentable.
“Nos gusta apartarnos del internet un rato, no estar tan pegados a la pantalla”, explican con entusiasmo. Ambos viven en el mismo barrio y comparten el deseo de aprender desde la experiencia. Ninguno de los dos proviene de una familia con chacra, pero eso no fue un impedimento. Al contrario: fue el motor que los impulsó a buscar algo diferente. Rodrigo cuenta que desde quinto grado insistía con inscribirse. “Me encanta”.
La EFA Santa Teresita les ofrece un entorno educativo donde se combinan las materias tradicionales con prácticas en el campo, talleres específicos y tecnicaturas. Actualmente, Rodrigo cursa apicultura y destaca la variedad de saberes que se imparten en la escuela. “Tiene lindas materias, buenos estudios. De lo más interesante serían los títulos que te ofrece la EFA. Es un ejemplo a seguir”, asegura.
Qué son las EFA y por qué marcan la diferencia en Misiones
Las Escuelas de la Familia Agrícola (EFA) son instituciones educativas que nacieron con un objetivo claro: formar jóvenes en el ámbito rural con una modalidad pedagógica que articula teoría y práctica. En Misiones, la red de EFA tiene una fuerte presencia territorial, con más de 25 escuelas distribuidas en distintas localidades. Funcionan bajo el sistema de alternancia, en el que el estudiantado asiste una semana a la escuela y otra permanece en su entorno familiar, aplicando lo aprendido en sus comunidades.
Este modelo permite que los estudiantes no solo aprendan sobre agricultura, ganadería, forestación, apicultura o agroindustria, sino también que adquieran herramientas para el desarrollo de sus propios proyectos productivos. La propuesta está pensada para que los jóvenes se conviertan en protagonistas del desarrollo rural, fortaleciendo los lazos comunitarios y promoviendo prácticas sostenibles.
La EFA Santa Teresita, donde estudian Rodrigo y Brian, forma parte de esta red de instituciones que, además de brindar títulos técnicos, cultivan valores de autonomía, trabajo colaborativo y compromiso con el entorno. Con un plantel docente preparado y una infraestructura pensada para el aprendizaje práctico, se ha convertido en una opción atractiva incluso para jóvenes que no vienen del ámbito rural.
En tiempos donde las pantallas capturan la atención de la mayoría de los adolescentes, la decisión de Rodrigo y Brian de alejarse de la virtualidad para conectarse con la tierra tiene un valor significativo. Su experiencia refleja que las EFA no solo educan: transforman miradas, amplían horizontes y demuestran que el campo también puede ser una elección de futuro, aun para quienes crecieron lejos de él.