Las redadas migratorias ordenadas por el presidente Donald Trump en Los Ángeles provocaron protestas violentas durante el fin de semana. La administración federal respondió con el despliegue de 700 infantes de marina y 4.000 efectivos de la Guardia Nacional. El gobernador Gavin Newsom calificó la medida como una “fantasía desquiciada de un presidente dictatorial”. Las acciones se desarrollaron en una ciudad con políticas migratorias liberales, mientras la Casa Blanca busca reforzar su campaña de deportaciones en plena contienda electoral.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) arrestó a 2.200 personas el 4 de junio, según NBC News. Algunas de las personas detenidas participaban del programa Alternativas a la Detención. El subjefe de gabinete Stephen Miller afirmó a Fox News que el gobierno espera alcanzar los 3.000 arrestos diarios, frente a los 660 promedios registrados al inicio del mandato. “El presidente Trump seguirá presionando para que esa cifra aumente cada día”, dijo. Tom Homan, “zar de la frontera” de la administración, señaló que “necesitamos aumentarlas” y anticipó “un rápido aumento en el número de arrestos”.
“Esto no es por lo que votamos”
La reciente reorganización interna del ICE implicó la salida de altos funcionarios como Kenneth Genalo y Caleb Vitello. La agencia justificó los cambios como parte de una reestructuración para cumplir “con el mandato del presidente Trump y del pueblo estadounidense”. En un comunicado, el Departamento de Seguridad Nacional indicó que entre los arrestados hay personas con condenas por delitos sexuales, robo y drogas. Pero defensores de inmigrantes y dirigentes locales afirman que también se detuvo a personas sin antecedentes penales ni amenazas aparentes.

“Fue una violencia estatal impulsada por el miedo, diseñada para silenciar, intimidar y desaparecer”, expresó la concejal de Los Ángeles Ysabel Jurado sobre una redada en el Distrito de la Moda. La senadora estatal de Florida Ileana García, cofundadora de Latinas por Trump, también expresó reparos: “Esto no es por lo que votamos”. Añadió que las acciones “arbitrarias” persiguen a personas que cumplen con sus audiencias migratorias y que el objetivo de deportación es “autoinventado”.
El despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles es un mensaje político
Las protestas en barrios como Paramount y Compton incluyeron saqueos, incendios y enfrentamientos con balas de goma. “Esta es mi gente, ¿sabes? Lucho por nosotros”, dijo María Gutiérrez, manifestante de origen mexicano. “Esta es nuestra ciudad. Estamos enojados, sabemos cómo protegernos y esto no nos va a asustar”, añadió. En tanto, Juan, ciudadano naturalizado, apoyó los operativos: “Los agentes del ICE tienen un trabajo que hacer, al igual que tú y yo”. Dijo tener familiares sin papeles, pero afirmó: “Un delito es un delito”.
Según la BBC, el despliegue de la Guardia Nacional convirtió a Los Ángeles en escenario de un mensaje político. “Para su base, esto tiene un gran impacto”, sostuvo John Acevedo, decano asociado de Derecho en Emory. Según su análisis, el gobierno busca mostrarse inflexible con la inmigración ilegal, aunque las reacciones dentro del mismo electorado conservador muestran fisuras frente a las tácticas empleadas. Mientras tanto, decenas de personas fueron arrestadas durante cuatro días de disturbios.