El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó suspender las entrevistas para la emisión de visas estudiantiles en todas las embajadas y consulados. La medida responde a un conflicto con la Universidad de Harvard, que expulsó a estudiantes extranjeros por motivos políticos.
El 22 de mayo, Trump prohibió a Harvard inscribir a estudiantes internacionales y anuló las visas de casi 6.800 personas, quienes ahora deben transferirse o abandonar el país. Esta suspensión de entrevistas se mantendrá hasta que se analice la actividad en redes sociales de cada solicitante, lo que determinará la aprobación o rechazo de sus visas.

Funcionarios, encabezados por el secretario de Estado Marco Rubio, criticaron a universidades como Harvard y Columbia por su supuesta inclinación política de izquierda y activismo a favor del pueblo palestino. El gobierno inició una revisión exhaustiva de los procesos para analizar y vetar candidatos a visas estudiantiles y de intercambio.

Desde marzo, se exige la investigación obligatoria de las redes sociales de los solicitantes de visas tipo F, M y J, incluyendo capturas de pantalla de publicaciones consideradas “potencialmente despectivas”, incluso si fueron eliminadas. Además, se busca detectar actividad terrorista no solo contra Estados Unidos, sino también contra sus aliados, como Israel.
Rubio informó en el Senado que se cancelaron visas de miles de estudiantes y que podrían seguir anulándose más. Actualmente, hay más de un millón de estudiantes de intercambio en Estados Unidos. Dicha presencia genera una industria que supera los 43.800 millones de dólares anuales.

Las universidades dependen en gran medida de estos estudiantes para su financiamiento y enfrentan un aumento en la oposición política dentro de sus campus. La medida de Trump impacta directamente en esta comunidad educativa y en la economía universitaria.