El consumo invisible es aquel que se realiza en el hogar y que genera gasto, pero sin que el usuario lo note. A través de consejos prácticos, te detallamos qué se debe hacer para evitar el gasto silencioso e impulsar la optimización del consumo.
Bajo la premisa de reflexionar y concientizar sobre el uso racional de la energía y contribuir a la lucha contra el cambio climático, a principios de este mes se celebró el día de la Eficiencia Energética. Por lo cual, con la idea de impulsar el cuidado y buen uso de la energía se dieron a conocer una serie de consejos prácticos que impulsan la optimización del consumo eléctrico en los hogares. Además, es importante que los usuarios aprendan cómo se evita el consumo fantasma y así obtener un ahorro en la boleta de luz.
El consumo fantasma de electricidad, o también conocido como consumo invisible, es el que se realiza en el hogar y que genera un gasto, pero sin que el usuario lo note.
Este tipo de consumo lo producen los aparatos eléctricos cuando están conectados a la red eléctrica, pero sin estar en funcionamiento. Se debe a que los electrodomésticos tienen sistema operativo que sigue activo mientras están en en modo reposo, en espera o stand by. Entre los cuales se puede nombrar el microondas que marca la hora, el cargador del celular, la televisión y el aire acondicionado, lavarropas, entre otros tantos.
Por lo tanto, para evitar ese gasto silencioso es necesario desenchufar los electrodomésticos cuando no estén en funcionamiento. Lo mismo ocurre con los ambientes que no se estén utilizando, por eso es importante no dejar las luces encendidas.
Con esta práctica, el usuario puede tener un ahorro importante en su factura de la luz. A la vez, esto también se traduce en un uso responsable de la energía, un aumento de la vida útil y de la seguridad de estos aparatos.
Prácticas de eficiencia energética
Misiones cuenta con la Ley XVI-151 Eficiencia energética en inmuebles, la cual tiene por objeto establecer lineamientos fundamentales para mejorar las prácticas de eficiencia energética, adoptando estándares y etiquetados en inmuebles a partir de la utilización racional de energía y el diseño de políticas públicas.
Entre los objetivos de la normativa se encuentran la implementación de políticas públicas de gestión eficiente de la energía; alentar a los cambios de hábitos y adopción de conductas para el uso racional y eficiente de la energía. Y crear condiciones propicias para incentivar el uso racional de la energía, entre otros ítems.
En este contexto, se puede detallar una serie de consejos que los usuarios pueden aplicarlos sus hogares, ya que son claves para reducir el consumo energético.
Uno de las recomendaciones más importantes es la temperatura sugerida del aire acondicionado, el cual se debe ajustar el termostato a 24 °C. Cada grado de diferencia entre el ambiente y la temperatura elegida supone un ahorro del 8%.
Además, en el día a día es importante concretar ciertas acciones como parte de la rutina para disminuir el uso de energía.
Algunos de estos hábitos son:
- Aprovechar la iluminación natural durante el día.
- En días de altas temperaturas, utilizar persianas y cortinas para bloquear el ingreso directo del sol.
- Mantener las puertas y ventanas cerradas cuando los equipos de climatización se encuentran encendidos.
- Utilizar iluminación sectorizada y emplear tecnología LED.
- Cambiar burletes desgastados de puertas y ventanas para evitar la fuga de aire acondicionado.
- A la hora de reemplazar o adquirir equipos nuevos, observar la eficiencia energética (clase A+++, A++, A+, A).
