La escarapela argentina surgió en Rosario en febrero de 1812, cuando Manuel Belgrano advirtió que las tropas patriotas necesitaban distinguirse de los realistas. Así, pidió al Triunvirato un distintivo nacional. Cinco días después, se aprobó oficialmente una escarapela con los colores blanco y azul celeste.
Días más tarde, el 27 de febrero, Belgrano izó por primera vez la bandera con los mismos tonos. En sus partes oficiales, explicó que eligió esos colores “conforme a la escarapela nacional”.
No es un símbolo patrio legal, pero sí del alma
Aunque no está incluida entre los símbolos patrios oficiales según el Decreto 10.302/44, la escarapela tiene un lugar indiscutido en la cultura popular. No está protegida por la ley como la bandera o el himno, pero su uso está extendido en actos escolares, celebraciones patrias y homenajes históricos.
La escarapela acompaña desde los pechos de soldados independentistas hasta los de estudiantes en su primer acto. No representa soberanía, pero sí identidad nacional.
Por qué se celebra el 18 de mayo
Aunque la escarapela fue creada el 18 de febrero, el Día de la Escarapela se celebra el 18 de mayo. Así lo estableció el Consejo Nacional de Educación en 1935, en el marco de las conmemoraciones de la Semana de Mayo.
Datos curiosos sobre la escarapela
- No fue diseñada por Belgrano, pero él impulsó su creación.
- Inspiró la bandera, no al revés.
- No tiene una forma única: puede ser lazo, moño o prendedor, siempre celeste y blanco.
- Su uso no es obligatorio, pero es tradición.
- Puede usarse todo el año, aunque predomina en fechas patrias.
- Tiene raíces europeas, inspirada en las cucardas revolucionarias francesas.