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Written by 11:10 am Sociedad

Nicolás Reinsch y una aventura con los yaguaretés en el humedal más grande del mundo

Ubicado en la región brasileña de Mato Grosso, el Pantanal posee una enorme biodiversidad. Ocupa parte de Brasil, Bolivia y Paraguay. Un espacio protegido desde el 2000 por la Unesco debido a su enorme riqueza natural. “Me sentí un niño disfrutando del felino más grande de américa”.

Por Vanina Naumtchuk

El Pantanal es uno de los lugares con mayor biodiversidad del mundo y uno de los ecosistemas más prístinos que aún existen. Situada en el extremo sudoriental del Estado de Mato Grosso representa el 1,3% del pantanal brasileño, hasta allí viajó el posadeño Nicolás Reinsch con el objetivo de ver a los yaguaretés en libertad y entender más sobre su comportamiento.

Paseo tranquilo. Fotografía tomada en Pantanal por Nicolás Reinsch

Conocido por su pasión por la naturaleza, los animales y sobre todo las serpientes, Nicolás Reinsch suma aventuras. La experiencia de la visita a Pantanal se incorpora a las que realiza de manera cotidiana en Misiones, donde recorre espacios naturales, monte nativo, saltos y cascadas. Proteccionista y ambientalista, impulsa la connivencia pacífica con los animales desde el respeto y el conocimiento.

Fui a tener la posibilidad de ver yaguaretés. Era realmente un sueño observarlos sueltos y superé todo tipo de expectativas”, contó con emoción. Además, explicó que se sorprendió mucho por la tranquilidad de los animales frente a la gente. Aseguró que los veía muy cómodos ante la presencia de lanchas y fotógrafos. 

El yaguareté descansa a la sombra. Fotografía tomada en Pantanal: Nicolás Reinsch

El Pantanal es un territorio que fue reconocido, en 2000, como Reserva de la Biósfera Unesco por su enorme riqueza de fauna nativa y diversa vegetación. Reinsch, quien se reconoce como amante de la naturaleza, explicó que la posibilidad de verlos le demostró que se puede convivir pacíficamente con las onzas (o yaguaretés) así como la importancia de protegerlos

Explicó que la idea del viaje surgió cuando su amigo y fotógrafo, Emilio White, le comentó que estaban organizando la aventura. No dudó en sumarse. “Es uno de los fotógrafos argentinos que más vio y fotografió yaguaretés en vida silvestre“, aseguró.

“Fue algo muy lindo emocionalmente. Me sentí un niño feliz disfrutando del felino más grande de américa”.

En este espacio natural, a diferencia de la selva amazónica donde la vegetación es densa y los árboles son muy altos, se puede observar la vida salvaje. El paisaje ofrece una visión más abierta, eso lo convierte en uno de los lugares más populares y famosos del mundo para la observación de pájaros y la vida silvestre.

Sobre la expedición, el misionero dijo que “no recuerda nada que no le haya gustado”. Por ello, “se lo recomiendo literalmente a todos los que le guste un poquito la naturaleza. Es nuestra África más cercana”, apuntó. 

Una siesta en la copa de un árbol. Fotografía tomada en Pantanal: Nicolás Reinsch

Al respecto, aclaró que no hace falta estar preparado ni contar con entrenamiento previo, ni ser fotógrafo o científico. “Solo hay que querer ir a disfrutar de los animales”, subrayó. 

En cuanto a lo aprendido, Reinsch consideró que es importante seguir con las acciones para preservar las diferentes especies en todo el territorio. En ese sentido, reconoció el trabajo local que hacen la Red Yaguareté y Proyecto Yaguareté para su conservación.

Fotografía tomada en Pantanal: Nicolás Reinsch

Por último, subrayó que el viaje no es peligroso. Manifestó que ya planea cuando regresar a Pantanal. “Ya estoy viendo cuándo puedo volver, aunque más adelante también me gustaría explorar otros territorios como Costa Rica y Estados Unidos“, comentó.

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