Siempre en vértigo, el negocio de los smartphones tiene una mirada en el presente y otra en el futuro. Una muestra de esto: a falta de cuatro meses de la presentación de los iPhone 17, ya circulan especulaciones sobre los iPhone 18, que se anunciarán en el 2026. De acuerdo a los informes, en esa serie de teléfonos encontraremos un cambio drástico de diseño en la cara delantera, es decir, en la pantalla.
Apple iPhone 18: ¿qué cambiará en los teléfonos?
Según The Information, Apple prepara una modificación fundamental para sus celulares de 2026. La incorporación de un sensor para reconocimiento facial debajo de la pantalla permitirá al fabricante eliminar el “notch”, aquella pestaña que ahora vemos en la sección superior de los smartphones y que esta marca llama “Isla Dinámica”.
Con esto, resta saber dónde se ubicará la cámara frontal. En este punto, el reporte indica que Apple optaría por un pequeño orificio en el lateral superior izquierdo de la pantalla, tal como vemos en la siguiente imagen generada con Inteligencia Artificial.
Un detalle relevante: este cambio solo afectaría a los modelos más costosos de la serie, es decir, a los iPhone 18 Pro y 18 Pro Max.
Face ID bajo la pantalla
La industria móvil avanzó en los últimos años hacia los diseños pura-pantalla. En otras palabras, los smartphones tienen cada vez más cristal al frente, con menos interrupciones. Esto implica marcos que son más delgados y casi imperceptibles, además de la eliminación de ciertos componentes que le quitan milímetros al vidrio, como las cámaras para selfies y los sensores biométricos (de huellas y rostro, especialmente).
Tal como señalamos, la estrategia de Apple ha sido la pestaña Dynamic Island. Es una sección en la parte superior de la pantalla que se agranda y achica según el contexto de uso, donde se alojan la cámara delantera, el sensor de Face ID y otros componentes.
El uso de sistema de reconocimiento facial embebido en la pantalla no es nuevo en la industria de los smartphones: algunos fabricantes ya lo usan en sus teléfonos. Se trata de una tecnología que avanza en esa misma dirección: conseguir smartphones con cada vez menos interrupciones en el display, consiguiendo con esto que el cristal llegue a los extremos del dispositivo sin “cortes”.
Otros fabricantes ya lanzaron modelos con sensores debajo de la pantalla, una modalidad que reviste desafíos debido a la complejidad de integrar esas tecnologías detrás del cristal sin afectar el rendimiento del componente ni la calidad de imagen.