La reciente aprobación de la ley de chacras multiproductivas en Misiones plantea una nueva etapa para los sistemas productivos de base agropecuaria. El subsecretario de Desarrollo Productivo, Otto Goritz, explicó a Canal Doce que se trata de un proyecto que “representa muy bien la matriz productiva que tiene nuestra provincia”, y que responde a la realidad de cerca de 20.000 familias que integran la agricultura familiar en el territorio. “Muchas veces la gente es muy resiliente a estos tiempos económicos porque en la chacra sabemos que todos hacemos un poquito de cada cosa”, afirmó.
La iniciativa, impulsada por el diputado Carlos Rovira en la Legislatura provincial, apunta a fortalecer la diversificación que ya existe en las chacras, pero con el objetivo de volverla más rentable. “Cuando no valen los productos industriales principales, como es en este momento el tema de la yerba, tenemos que tener otras alternativas productivas que subsanen ese bache económico que tiene el productor en sus chacras. Y acá entra a jugar la multiproductividad”, explicó Goritz en una entrevista con el programa El Periodista.
La diversificación se plantea como complemento, no como reemplazo en las chacras multiproductivas
El funcionario aclaró que este nuevo enfoque “no es un reemplazo, es un complemento a lo que viene produciendo normalmente nuestros productores”. Dijo que la propuesta se aleja del modelo de reconversión productiva tradicional porque “no se reemplaza, se complementa”. Según detalló, el esquema contempla “diversificar, complementar” y aplicar distintos modelos productivos que aumenten la capacidad de adaptación de las unidades familiares rurales.

“Cuando productivamente algún producto cultivado a campo se vio afectado, por ahí tenemos alguna otra alternativa dentro de la chacra, por ejemplo, vender huevo o vender algún tipo de carne que hace que medianamente vaya sosteniendo”, señaló. Sostuvo que una chacra dependiente de un único cultivo o actividad queda expuesta a la inestabilidad. “Si dependieran exclusivamente de un recurso, estamos complicados”, agregó.
El Estado actúa como respaldo técnico, financiero y normativo
Además, el proceso de incorporación de modelos multiproductivos se basa en la articulación con las familias productoras. El funcionario describió que “el productor hace de todo un poquito, no con fines de venta, sino para su consumo personal”. Afirmó que el contacto con el Estado surge por iniciativa de los propios agricultores. Ya que “lo que generalmente se está generando es una demanda del productor hacia nosotros, porque hoy se ve atosigado y se ve como complicado y no va encontrando alternativas productivas como para salir adelante”.

De igual modo, explicó que el rol de la normativa para facilitar herramientas de acompañamiento. “Juega un papel importante el marco normativo que da este proyecto de ley, que es el tema de subsidios, créditos y ayuda por parte del Estado. No solo económico, sino también en material genético de calidad”, explicó. En ese punto, mencionó a la Biofábrica como proveedora de genética vegetal, y a los equipos técnicos estatales como parte del soporte operativo.
Los mercados nacionales premian la producción agroecológica certificada
Asimismo, la demanda creciente de productos diferenciados abre una oportunidad para quienes diversifican con calidad. Goritz señaló que “el que produce yerba de manera tradicional tiene un precio muy inferior al que produce yerba orgánica o agroecológica hoy”. Comentó que el sistema estatal de certificación participativa, exclusivo para la agricultura familiar, permite validar procesos sin costo para el productor. “Esa certificación garantiza al consumidor un sistema inocuo, libre de químicos”, aclaró.
Según indicó, la yerba agroecológica se vende mejor en el mercado nacional y también se exporta. “Hoy se está pagando mucho mejor la producción agroecológica, sobre todo yerba, y estamos exportando y hay muchos casos de productores que están saliendo”, dijo. Agregó que la mejora genética también incide directamente en los rendimientos, y por lo tanto en la rentabilidad de cada cultivo.
La palta y otros cultivos tropicales se suman como alternativas viables
Entre los rubros que muestran proyección a mediano plazo, Goritz mencionó frutas de alta demanda. “Tenemos algunos cultivos tropicales, por ejemplo, la palta, el maracuyá”, enumeró. Particularizó que la palta Hass tiene un “mercado sostenible en el tiempo que no tiene techo”, y que su presencia creciente en el consumo la convierte en una opción válida dentro del esquema multiproductivo.
El funcionario señaló que actualmente se desarrollan estudios preliminares sobre nuevas alternativas productivas. Entre estas se incluyen el cultivo de café y otras variedades agrícolas. Mencionó que estas pruebas iniciales reciben apoyo estatal, ya que el Estado asume la responsabilidad durante la fase experimental para luego transferir los resultados a los productores.