Durante cuatro intensos días de rodaje en el barrio Villa Sarita de Posadas, se filmó El cuerpo sabe lo que está pasando, el primer cortometraje profesional del realizador misionero Natal Cano Rojas, una obra que explora con profundidad el deseo, el silencio y la fe desde la vivencia personal y la tensión entre lo religioso y lo corporal.
Ambientado en un caluroso verano posadeño, el corto cuenta la historia de un adolescente que queda solo en su casa mientras su madre y su tía viajan a Itatí para pedirle a la Virgen que “lo salve de sus deseos pecaminosos”. Con esa premisa, Rojas construye una narrativa que combina lo sensorial con la introspección, y que encuentra fuerza en la mezcla de creencias populares, la adolescencia como umbral y una poética propia del litoral.
“Para mí es un sueño ver este proyecto y que tantas personas puedan soñar lo mismo que este guión”, expresó el director, quien escribió la historia bajo la inspiración de su propia infancia en Puerto Esperanza.
Con el apoyo del Gobierno de Misiones
La producción se desarrolló con el apoyo del Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones (IAAviM), tras su selección en la convocatoria Plan Integral de Fomento 2024, en la categoría “Cortometraje de 1ra y 2da Obra”.
El guion, que se premió previamente como Mejor Guion de Ficción en el Festival Oberá en Cortos 2023, también se desarrolló en instancias de formación como el Laboratorio de Escritura del IAAviM y la ENERC NEA.
El protagonista, interpretado por Joaquín Scholler, destacó el trabajo previo al rodaje como una construcción conjunta y cuidada:
“Estuvimos meses hablando con Natal, analizando, haciendo preguntas. Fue un proceso muy sensible. Me siento feliz y agradecido, sobre todo por volver a filmar en mi provincia”.
La dirección de fotografía estuvo a cargo de Camila Acosta, camarógrafa obereña y referente en formación técnica dentro de la provincia. El equipo técnico fue mayoritariamente integrado por mujeres y diversidades, una decisión que responde a un enfoque claro del realizador.
“Tener la oportunidad de formar un equipo así, que salió del taller de Dirección de Fotografía de Mutar, fue muy gratificante”, expresó Acosta. “Hubo un análisis previo muy fuerte, pensando luces y escenas que transmitan la sensibilidad de esta historia”.
La propuesta es como un relato poético y político, que emerge en un contexto adverso para el cine independiente y las expresiones disidentes.
“En un momento donde la cultura LGBT está tan cuestionada y el cine nacional tan desfinanciado, fue un alivio saber que esta historia encontró apoyo en la provincia. Que no fue un impedimento, sino una razón para hacerla”, concluyó Rojas.