Boca cerró la salida de Marcelo Saracchi al Celtic, a préstamo por un año, mientras que en las próximas horas, espera hacer lo mismo con Vicente Taborda, quien está cedido en Platense hasta diciembre de 2025 y es pretendido desde el fútbol griego.
El uruguayo no figuraba en los planes de Miguel Ángel Russo para este segundo semestre (se entrenaba apartado del plantel) y quería irse del club. Finalmente, el Celtic de Escocia avanzó en las negociaciones para quedarse con él mediante un préstamo por un año con cargo y opción de compra. El ex River se someterá a los exámenes médicos en Londres y realizará su visado el próximo miércoles.

Ante la partida del lateral izquierdo, al Xeneize se le abre un nuevo cupo, por lo que tendría la posibilidad de sumar un refuerzo. Sin embargo, la idea de la dirigencia encabezada por Juan Román Riquelme es no traer más incorporaciones, a menos que se presente una oportunidad de mercado.
Por el lado de Taborda, Panathinaikos de Grecia presentó una oferta de 4.500.000 dólares por el 80% de su pase. El Xeneize, que se quedaría con un 20 por ciento pensando en una futura venta, ya inició gestiones con el Calamar, donde el jugador salió campeón del Apertura, ya que posee un 10% de la ficha y los derechos federativos.
Desde La Ribera hay optimismo con que las negociaciones por el volante de 24 años, lleguen a buen puerto. Un detalle no menor es que la buena relación entre Boca y Platense facilitaría la resolución del traspaso.

El mediocampista de 24 años, que se formó en el club, fue una pieza clave en el título histórico de Platense en el Apertura, donde ya había tenido una buena etapa en 2022/23. En el Xeneize jugó por última vez en el primer semestre de 2024, cuando Diego Martínez era el técnico, pero nunca se ganó un lugar. En total registró 17 presentaciones con esa camiseta. Su venta le permitiría al Xeneize capitalizar una cifra importante y quedarse con un porcentaje pensando en su futuro en Europa.
En cuanto al lateral uruguayo, quien había arribado en agosto de 2023 y acumuló 52 partidos y cuatro goles, su salida era inevitable. Después de haber sumado pocos minutos en el Mundial de Clubes, quedó marginado por Miguel Ángel Russo y empezó a entrenarse apartado del grupo.